Ilusiones Ópticas: La ópera prima de Cristián Jiménez competirá en Toulouse

Martes 25 de marzo, La Nación

La cinta fue seleccionada junto a otras seis producciones latinoamericanas para “pelear”, el 3 y 4 de abril, por la categoría “En construcción” del prestigioso certamen. Rodada en Valdivia, narra la historia de tres personajes, en tono de comedia y, de paso, refleja el sentir “austral” de los valdivianos, comenzando por el director.

-¿Por qué "Ilusiones ópticas"?
-La película muestra a personajes en momentos de sus vidas en que ocurren cambios radicales, desorientadores. De alguna forma, el título tiene que ver aquí con engañarse un poco uno mismo como una forma de salir adelante, como un mecanismo para no colapsar.

-¿Quiénes son esos personajes?
-Un guardia de un mall que se enamora de una ladrona. El otro es un funcionario que cuando cumple 50 pasa a una oficina donde es "capacitado" para el desempleo y, como es muy respetuoso de las normas, se sigue comportando como antes, aunque, en realidad, ya no tiene trabajo. El tercero es un deportista ciego que recupera la vista.

-O sea, reflejan historias del Chile actual...
-Sí, todas las historias están más o menos inspiradas en casos reales, que han sido llevados a un extremo un poco artificial, y tienen que ver con cambios que ocurrieron en Chile. Es una película con tintes de comedia negra, y que oscila entre ser divertida, romántica y cruel.

-¿Qué se siente pasar de Valdivia a Toulouse?
-Es algo fantástico que una película que ha sido pensada como bien valdiviana y que refleja un mundo austral, enfocada a un problemática súper local, tenga un eco en gente de otras países.

-¿Cómo armaste el elenco?
-La película tiene un montón de personajes, además de los tres principales que ya mencioné. El elenco fue una combinación de casting, actores con los que ya había trabajado, como Hugo Medina. A Rudolphy lo quería desde que escribí el guión. Él es un ejecutivo de la compañía que recluta al ciego para que dé su testimonio, y es la pareja de Valentina Vargas (la ladrona).

-Alicia Scherson, Sebastián Lelio, Andrés Waissbluth y tú pertenecen a la nueva camada de cineastas. ¿Qué los distingue?
-Somos una generación que está haciendo cine independiente, en cuanto a producción, a lenguaje. Hay diferencias sí, en términos estilísticos, lo que hace Lelio ("La sagrada familia") no tiene nada que ver con lo mío, sobre qué tan realistas son las cosas, por ejemplo. Pero todos funcionamos como aliados, nos ayudamos. No nos consideramos competidores.

-¿Están pasando muchas cosas en Valdivia?
-Sí, de hecho el año pasado también se hizo allá "El cielo, la tierra y la lluvia", que ha ganado premios en festivales importantísimos. Después de Santiago, Valdivia es donde más se están haciendo cosas en términos cinematográficos.

-O sea, la idea "Valdivia, capital" de Sexual Democracia, no es tan loca...
-No creo que Valdivia tenga aspiración de ser capital, Valdivia habla desde su situación de provincia. Mi película plantea el estar un poco en la periferia, que es lo que nos pasa a nosotros como país. Chile no está al centro de las cosas, pero desde la periferia también puede surgir una voz que tenga cosas que decir. Y yo creo que la apuesta de Valdivia apunta a eso, a decir: somos del sur, aquí llueve, hace frío, tenemos otra forma de vivir y de sentir.